La Geria, recientemente reconocida por la FAO como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), volvió a vestirse de gala el fin de semana del 14-15 de junio. Bajo el lema “Descubre. Disfruta. Respeta.”, corredores y senderistas serpentearon por los hoyos de picón que protegen los viñedos, animados por miles de aficionados y el inconfundible telón volcánico de Timanfaya.
Como dicta la tradición, los ganadores alzaron un trofeo muy especial: su propio peso en vino de Lanzarote.
El recorrido desafía con rampas de picón y muros semicirculares que protegen cada cepa, pero regala al mismo tiempo un paisaje que se saborea con los cinco sentidos. Correr entre volcanes y viñedos es, en Lanzarote, una experiencia única.
Uno de los momentos más fotografiados fue la presencia de Blanca, una camella de 10 años que recorrió parte de la prueba como homenaje a los campesinos que forjaron La Geria con la ayuda de estos animales.
Mientras los corredores llegaban a meta, el recinto ferial de Uga vibraba con música en directo y los stands de 22 bodegas de la Denominación de Origen Lanzarote, que ofrecieron más de 90 etiquetas para degustar. Un maridaje perfecto entre deporte y enoturismo.
La Wine Run volvió a presumir del sello Diver de accesibilidad universal y de la modalidad Joëlette, que permite a personas con movilidad reducida sentir la carrera. Parte de la recaudación se destinará a proyectos de conservación de La Geria y a entidades sociales como ADISLAN y la Asociación Creciendo.
Con trece ediciones a sus espaldas, la Wine Run sigue creciendo sin perder su esencia: correr, brindar y proteger un paisaje irrepetible. La edición 2025 ha demostrado que deporte, cultura y sostenibilidad pueden caminar—y correr—de la mano. ¿Te atreves a saborear la próxima?
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